domingo, 24 de junio de 2012

Lilium pyrenaicum. Ansó

El domingo 10 de Junio, amaneció lluvioso en Ansó. Con Elia habíamos pensado en ir al monte, pero entre la climatología reinante y la visita de los tíos Jesús y Yoli, decidimos echarnos unas tapas por Ansó.
Después de comer y viendo que la lluvia había parado, le propuse a Elia ir a echar un vistazo a unos lirios que hacía unos días aún no habían abierto sus flores. Se trata del lilium pyrenaicum, especie autóctona y considerada como endemismo pirenaico-cantábrico por el IPE (Instituto Pirenaico de Ecología).
Cuando vamos a salir, otro fuerte chaparrón vuelve a caer, pero esta vez ya está decidido y la salida no tiene vuelta atrás.
Cogemos el coche y remontamos por la pista de Picoya hasta la altura del campo de Navarré (el del solano), y allí tomaremos el camino que baja hasta la Borda Saletas de reciente limpieza.



En el trayecto de la pista, el chaparrón había parado y, pese a que está todo mojado, parece que nos va a dejar llegar a los lirios para ver si han abierto sus espectaculares flores.
Elia descubre ilusionada las recientes marcas de pintura verde y amarilla que indican la trayectoria del camino, pese a que aún no haya señalización direccional.


 Pronto encontramos los lirios y vemos que están todas las flores abiertas.


Elia no se conforma con esa flor y al comentarle que puede haber más, no pierde ni un segundo en ponerse a buscar.




El que busca, encuentra, y pronto descubrimos otro corro de flores que Elia, además, observa que si las toca se manchan los dedos de naranja.




No me canso de sacar fotos y Elia va encontrando más flores, el tiempo también se alía con nosotros y nos permite disfrutar de la tarde.



Cuando por fin decidimos finalizar la sesión fotográfica, al volver a la pista para coger la furgoneta, Elia me propone "investigar por el bosque".




Pronto aparece su primer descubrimiento que no le cuadra mucho. Encuetra un viejo bidón abandonado. Le cuento que en otro tiempo, en este monte, la extracción de madera fue intensa y que aportaba grandes beneficios al pueblo, a cambio hay restos por el monte que nos recuerdan esa actividad.




También descubre que, pese al buen agarre de las suelas de sus botas nuevas, el pisar una rama de pino seca en un día tan húmedo como éste, las consecuencias son en exceso rápidas, dando con el cuerpo en el suelo antes de poder reaccionar.





También observa como hay arbustos en el sotobosque en los que uno no se pude agarrar para ayudar a salvar un terraplén porque pinchan, y no solo eso, además conviene esquivarlos para evitar que nuestro chubasquero nuevo sufra un desgarrón.


Al salir a la pista para coger la furgoneta y dar por terminada la excursión, vemos una buena panorámica de la collada de Maidoguí, y un poco más abajo se adivina el precioso paraje de la Borda Chimena. Elia decide añadir este lugar como uno de sus próximos objetivos.


No nos hemos dado cuenta y la hora ha ido avanzando. No llevábamos merienda y el hambre ha empezado a apretar. También nos damos cuenta de que, con un poco de suerte, solo vamos a ver los minutos finales del debut en la eurocopa de la selección, pero ha merecido la pena pasar la tarde en el monte, pese a lo poco que prometía el día.

lunes, 11 de junio de 2012

Escalada en Ansó. Vía diedro Veral. Aguja del italiano

El viernes, después de trabajar, quedamos Gerardo, Pablo y yo para ir a escalar. Como siempre, lo dejamos todo en manos de Gerardo. Quedamos a tomar un buen café en el Camping Zuriza y ahí nos comenta nuestro objetivo: la vía "diedro Veral" en la Aguja del Italiano.
La vía la abrieron Oscar Medel, David Hita y A. G. Picazo en el año 2006 y tiene tres largos que en total hacen 100 metros de escalada.
Después del café nos bajamos con los coches hasta la base de la aproximación, donde repartimos el material, cruzamos el río y remontamos el bosque en busca de la senda de Espelunga.



Según avanzamos por el espectacular camino, vemos perfilado nuestro objetivo entre la frondosa vegetación, antes de llegar a la base de la pared.



Mientras preparamos los friends aconsejados en la reseña, echamos un vistazo al Codero de Ezcaurri, donde casi se adivinan las usoneras que allí hay,...aunque hoy será más fácil coger los usones que hay en casa...





Aún queda un rato para la cena, y hemos venido a escalar, así que nos ponemos en marcha y vamos a por el primer largo que se hace fácil. Solo hay que tener un poco de cuidado con alguna piedra suelta al principio.




En el arranque del segundo largo, Gerardo echa una pequeña sonrrisilla, ¿por qué será?... yo creo que intuye que, como siempre, él va a disfrutar de lo lindo en este largo, mientras Pablo y yo vamos a soplar fuerte para superarlo.



Mientras Gerardo disfruta del largo descrito en la guía de escalada en roca "Valle de Ansó", de Picazo, como: "este diedro es una de las tiradas más bonitas del valle de Ansó", yo me conformo con haberlo superado y me quedo con las vistas del valle que ofrece la reunión.

El tercer largo, pinta algo más suave, y al subir se confirma. Resulta bastante disfrutón y agradable.




Arriba en la punta, el cierzo no nos deja estar mucho rato, y el frío se apodera de nuestros cuerpos. Aún nos da para hacernos un retrato y echarle un vistazo a la vía Karmele mientras buscamos el rápel para bajar.



En una tirada de 50 metros de rápel bajamos hasta más o menos el collado de la Horquilla, donde arrancan las vías Original y 1 de Mayo.




Entrando en calor conforme caminamos, y con ganas de llegar a cenar a casa, aún tenemos tiempo de parar en el bar Zuriza de Ansó, donde Toni nos pone una buena cerveza a cada uno para rehidratarnos.

 

La reseña de la guía de Picazo, antes descrita, es bastante esclarecedora de lo que allí podemos encontrar.

sábado, 2 de junio de 2012

Pista de Picoya-Archibú en BTT

El pasado lunes 28 de mayo, aprovechamos la tarde Pablo y yo para dar una vuelta por el valle con la bici. Decidimos hacer un recorrido fácil y habitual, pero que sigue resultando interesante y agradable. Salimos pasadas las seis de la tarde desde casa y remontamos por la carretera de Zuriza hasta tomar la pista de Picoya de unos 12 kilómetros aproximadamente.



Las primeras rampas son las más fuertes y donde más nos pega el sol, pero como dice Pablo, con la bici nunca se pasa calor, aunque a mi no dejen de caerme gotas de sudor por la punta de la nariz.



Pronto la pendiente se suaviza y la vegetación se alía con nosotros permitiendo suavizar también la temperatura y haciendo más agradable el ascenso.



De los espectaculares pinos del principio, vamos pasando a la frescura de las hayas en las zonas de umbría. Los barrancos echan agua, y los vados de la pista, al cruzarlos, se convierten en aporte extra de frescura.




Cuando parecía que a Pablo se lo iba a tragar la imponente garganta de Segarra, traza la curva rápidamente en el fondo del barranco y se escapa hacia los nogales plantados en el canto de la pista, en la zona de Sansorría.



Nuevas vistas del valle nos sorprenden conforme avanzamos. Esta vez vemos el inconfundible perfil de la Peña Ezcaurri, pese a que se nos muestra con un ligero e inofensivo gorro.



En la Plana Menilla, el conocido como Campo de Navarré (del paco) aparece con un bonito verde primaveral y esta vez no sorprendemos a ninguno de los habituales corzos que por allí campan a sus anchas.



Aprovechamos la barranquera que cruza la pista antes del Campo de Navarré, esta vez el del solano, para echar un buen trago de agua fresca, y continuar pedaleando para alcanzar rápidamente el final de la pista donde esta la caseta de Archibú. Es la zona conocida como "o cubilá d´os güeis".


Pablo revisa sus pedales antes de echarnos un retrato y comenzar la bajada por el mismo recorrido.



La bajada es tremenda, larga, continuada, ... lo que permite disfrutar de la velocidad, pese a la inseguridad que me aporta la bici nueva, ... pero ya se irá domando.




Solo hacemos dos paradas, una para sacar una vista del valle y otra al cruzarnos en la pista con Castán, que aprovechaba la tarde para pasear al can. Comentamos la buena bajada que tiene la pista y continuamos para llegar a Ansó sobre las ocho y media de la tarde.