viernes, 28 de diciembre de 2012

Esquiando por Ansó en Nochebuena. Mallo de Lacherito.

El día de Nochebuena decidimos dar una vuelta con Pablo para hacer gana de cenar. Subimos a Linza para evitar el porteo y decidimos esquiar el Mallo de Lacherito. La verdad es que la nieve está muy justa en cotas bajas y las opciones de salir con los esquís desde el coche se reducen bastante.

 
 
La nieve está muy húmeda desde por la mañana y la temperatura hace que las cosas no cambien por el momento.
Observamos la diagonal de la Foya Manaté, durante todo el año pasado no pudimos pasarla con los esquís, pero este año parece que se va a dejar y por ahí vamos.
 
 
 
Justo en la cota 2000 las cosas cambian, la temperatura baja, la nieve pasa a ser casi cristal y no nos queda más remedio que poner cuchillas.
 
 
 
Aun con las cuchillas pasamos algún apurillo, pero superadas las rampas en sombra, la cosa vuelve a mejorar.
 
 
 
Con el salto a la última pala parece que mejora el tiempo y hasta nos aparece el sol de forma intermitente entre el cielo medio nublado.
 

 
 
 
Subiendo la pala se une a nosotros Gerardo. Este navarro se había adelantado a sus compañeros y se juntó con nosotros comentando lo dura que estaba la nieve en las umbrías anteriores y la mejoría que se notaba ahora.
 
 
 


Perdiendo poco tiempo en la punta, nos disponemos a bajar la pala y disfrutarla. No hay nada más que ver las caras de Pablo y Gerardo en una parada en mitad de la pala para creerse ese disfrute.
 

 
 
 
Gerardo se encuentra con sus compañeros y decide que termina de esquiar la pala y vuelve a poner pieles para esquiarla otra vez con los suyos, así, mientras tanto, quizá entre el sol en la parte que al subir estaba cristal y mejora la situación. Nos despedimos del navarro y Pablo y yo continuamos bajando.
 
 
 
Cuando llegamos a la zona complicada, el tímido sol aún no ha logrado mejorar las condiciones. Intentamos esquiar pero un traspiés hace que se me suelte un esquí. Paro como puedo, me quito los esquís y termino de pasar el mal trozo (unos 15 metros) dando unas cuantas patadas al hielo blando. Me los vuelvo a poner y a esquiar. A Pablo le ha pasado algo parecido pero con diferente resultado. Justo el día anterior se había quitado las cintas que le sujetan los esquis en caso de soltarse, porque los velcros no pegaban. Las consecuencias son que el esquí se va solo ladera abajo hasta que para en un agujero plano. Pablo tiene que bajar andando para recuperar el esquí y aprovechamos para comer unas ciruelas.
 
 
 
A partir de ahí y salvando la cota 2000, volvemos a la nieve húmeda, que por el bosque pasa a ser en exceso pesada, lo que hace que a nuestros cuerpos le estorbe la ropa y nuestras piernas vayan cogiendo la forma.
 
 

 
Como es Nochebuena y llevamos buena hora, nos da tiempo a bajar a Ansó y tomarnos un vermú bien bueno en el Bar Zuriza.
 


 

 


martes, 25 de diciembre de 2012

Ansó-Borda Guallart en BTT


El sábado pasado me levanté tarde a causa de las celebraciones posteriores al espectáculo que hicieron el viernes al mediodía los niños de la escuela de Ansó. Aunque el día era bueno, la hora, la temperatura alta y los temples no daban para coger los esquís y echarse al monte. Alrededor de las once de la mañana salí con la bici de casa y fuí carretera abajo dirección Berdún con la intención de dar un paseo hasta la hora de la comida.



 
 
 
Pasé Santa Lucía y después por la curva de "La Rucha", bien conocida por todos los que hemos transitado por esta carretera desde niños por sus condiciones umbrías que en invierno mantenía el hielo como si de un congelador se tratara. La alta temperatura de estos días hacía que no fuera así.
Después de pasar la Borda Chanferré, única Borda que hay a mano derecha bajando y pegada a la carretera, cojo la pista que sale también a mano derecha y que asciende hacia Fórcala.
 
 
 

 

 
Nada más entrar en la pista tengo que parar para quitarme algo de ropa, ya que el calor anormal para la época del año en que estamos, unido a la dureza de las rampas, hacen que todo estorbe.
 
 
 



Pasada la Borda Merín llego al refugio de Clis Clas donde paro para echar un trago de agua.


 
La continuidad de las rampas hacen que cualquier excusa sea buena para parar, echar un vistazo a mi alrededor, el vuelo de un quebrantahuesos,....

 
 
Cuando llego a la Borda Guallart es la una del mediodía y decido terminar ahí el paseo. Aunque el cuerpo no esta para muchos trotes sí que parece que ha reaccionado y el hambre me recuerda que la hora de comer se acerca y aún me queda un trozo de camino hasta casa.
 
 
 
 
Esquivando alguna que otra oveja retomo las rampas de la pista, ahora en sentido favorable. El barro acumulado en las ruedas salta por todo los lados, y el que hay en la pista hace que la bajada resulte entretenida por los continuos derrapes no siempre controlados como a mi me gustaría.
 
 
 
 
Bajando, paro para fotografiar la Borda Ubero situada en un espectacular atalaya natural. También me da para observar los picos cercanos como el Bisaurín, Llena del Bozo, Llena del Garganta y Aspe.
 

 

 
 
El recorrido de pista efectuado apenas tiene cuatro kilómetros pero acumula un desnivel de casi 500 metros lo que permite disfrutar de unas buenas vistas, además de poder considerarse un tramo duro que se puede convertir en muy duro si se suma el barro y lo más importante, el estado del cuerpo después de una juerga.
 
 
 
Con todo, llego a Ansó con buena hora para comer y dar un buen manguerazo a la bici antes de meterla en casa y dejar el barro en el patio.
 

 
 
 

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Mouscaté y la Paquiza de Linzola con esquis

Ayer amaneció en Ansó despejado tal y como pronosticaba Jorge G., de la Meteo que Viene. Preparamos los esquis con Pablo y poco más de las nueve de la mañana subíamos hacia Linza, con la intención de aprovechar el día.

 
 
Cuando llegamos a Linza observamos que pese a las últimas lluvias, aún podíamos subir por el Sobrante, y por allí que fuimos.
 
 
 
 
Conforme vamos subiendo hacia el Collado de Linza, observamos que durante la noche ha caído algo de nieve, con lo que si todo va a favor, tendremos una capa de nieve polvo sobre nieve muy transformada, ..., los dos firmamos por que se cumplan los pronósticos.
 
 
 
 
Cuando llegamos al collado de Linza todo está impecable, solamente subía una persona hacia Petrachema con los crampones por delante de nosotros. Por el camino habíamos comentado la posibilidad de subir al Mouscaté y, aunque la vista que observábamos de Petrachema era tentadora, nuestra propia huella nos llevaba hacia él.
 
 
 
 
Nos adentramos en el laberinto de agujeros que forman la Hoya de la Solana, y no sin titubeos, cogimos la canal correcta para alcanzar el collado de Escoueste. Desde allí la remontada hasta el pico es coser y cantar.
 
 
 
Justo antes de llegar arriba, las vistas que tenemos de Petrachema y las Agujas nos paralizan. Como mis pieles están algo viejas y en vista de que, aunque hace un día extraordinario, la nieve en esta última parte se endurece bastante, coloco las cuchillas para los últimos metros. Arriba, foto de rigor y a taparse que hace frío. Quitar pieles y para abajo.
 
 
 
 
Por el laberinto de agujeros vamos siguiendo nuestras huellas de subida, pero nos acordamos que al subir hemos tenido alguna dificultad para pasar una cornisa fea, por lo que, cuando la detectamos, la esquivamos como podemos. Pasada esta pequeña dificultad, nos volvemos a quitar ropa y en la parada decidimos variar el recorrido de bajada. La Paquiza de Linzola está redonda de nieve, con lo que decidimos ir a por ella por la vertiente norte y así bajar a Linza aprovechando su cara sur.
 

 
 
 
Una vez en el fondo de la Hoya de la Solana, volvemos a poner las pieles. Pablo las cuida y las encera a tope en vista de la rápida transformación de la nieve (por algo ésta hoya tiene ese nombre, ...comentamos). Ascendemos dejando atrás el cartel indicador que orienta a los que por allí pasan.
 


 
 
 
Mirando hacia atrás, observamos lo arrugado del recorrido que hemos trazado para llegar al Mouscaté, y la zona tan placentera en la que nos encontramos. Cuando volvemos la vista hacia el sur las nubes que pronosticaba Jorge G. aparecen, volviendo a acertar en su predicción ¡que tío, vaya fiera!.
 
 
 
 
No hay tiempo que perder, esas nubes avanzan a una velocidad endiablada. Pablo comenta que después del día tan bueno que hemos tenido no le apetece pillar una "fartera". Así que en la punta de la Paquiza, fuera pieles, foto de rigor y sin tiempo que perder zumbando para el refugio.
 

 
 
 
Después de elegir el mejor sitio para saltar la cornisa nos lanzamos para abajo. La nieve estaba como en primavera, totalmente transformada y asentada. La única pega es que las piernas no daban para bajar de tirón en este mi primer día de la temporada y había que parar para recuperar, no así Pablo que ya se había estrenado y no paraba de disfrutar con un salto en cada giro.
 

 
 
 

Llegamos al Refugio de Linza, donde dimos buena cuenta de un par de jarras de cerveza y para casa tan contentos.