jueves, 14 de marzo de 2013

Soum Couy con esquís desde la estación de La Pierre Saint Martin-Arette

El jueves 7 pasado, quedamos con Pablo para ir al Soum Couy. Mientras hablábamos por teléfono la noche anterior, en Ansó estaba cayendo un buen chaparrón como casi todas las tardes de esa semana. Anunciaban una pequeña tregua para ese día y parece que iba a aguantar más cuanto más al norte, hacia la linea fronteriza. Así que hacia allí fuimos.

 
 
Aparcamos el coche en la estación de La Pierre Saint Martin, y nos calzamos los esquís en busca del Boulevard des Myrtilles. Las vistas hacia un Francia despejado no son muy habituales, pero estos días de flujo de sur ocurre lo contrario de lo que nos suele pasar con el cierzo.
 
 
 
 
Las pistas están prácticamente vacías lo que nos permite comodidad en el ascenso. Es curioso ver como la parte española está gris y nada más pasar la linea fronteriza aparece el viento para ir despejando la situación. 
 
 
 
Pronto nos plantamos en la pista conocida como Soum Couy. En este punto, Pablo hace un recto y asciende por la pista pisada y vacía de esquiadores con un ritmo fuerte. Contento me veo de haber podido aguantarle la marcha que llevaba. Esto hace que nos terminemos la pista en un periquete.
 
 
 
Pasamos, ya fuera de las pistas y con la cima a la vista, por la estación nivológica de Soum Couy, que tanto orienta en las previsiones a los meteorólogos. Parece mentira que una cosa tan... pueda transmitir tanta información y tan valiosa.
 
 
 
No queremos perder tiempo porque las nubes cada vez se nos echan más encima, pero pese a la ligera capa de nieve nueva que ha caído por la noche, decidimos poner cuchillas ya que la base que hay debajo está bastante dura en este tramo final.
 
 
 
 
En la punta perdemos poco tiempo, no vemos demasiado y el aire es bastante desagradable como para pensar en quedarnos ahí tranquilamente. Así que retrato de rigor, a quitar pieles y a disfrutar de la bajada.
 
 
 
 
Arrancamos y decidimos descender hacia la pista Soum Couy en vista de la pesadez de la nieve. Tomamos ésta y no la dejamos hasta la cabaña de Pas de L´Ours. Son ochocientos metros de desnivel en bajada directa. Hacía tiempo que nos disfrutábamos de la nieve pisada y hoy era el día perfecto ya que nos encontrábamos prácticamente solos en la estación.
 

 


 

 

Junto a la cabaña, echamos un trago y volvemos a colocar pieles para subir a la estación por la pista Palombes.
 
 
 

El cielo ya amenazaba, pero por ésta vez parece que nos libramos. Decidimos ir a tomar una cerveza al Ferial y a comer a casa.
 
 
 
 
Las previsiones no se equivocaron en absoluto y hacia las dos de la tarde empezó a llover. Dos horas nos sobraron por el ritmo impuesto por Pablo y la amenaza constante de las nubes. Buena solución la de elegir este pico para la corta tregua meteorológica matutina.