lunes, 8 de septiembre de 2014

Escalada en Bernera. Espolón Oeste.

El sábado pasado, una vez acabado agosto, pude escaparme con Pablo y Jaime. Nos dirigimos a Lizara con la intención de escalar el Espolón Oeste. No teníamos mucha información pero disponíamos de la reseña de Sendero Limite y con eso teníamos bastante.


La aproximación la hicimos en menos de una hora. Arrancamos por el GR y posteriormente lo abandonamos para dirigirnos a la base del espolón cruzando la pedrera por la parte más alta.




En el arranque de la vía observamos que los dos primeros largos correspondían a un diedro tumbado y sencillo y decidimos llegar sin la cuerda hasta la segunda reunión, justo en la base del tercer largo. El arranque de este tercer largo (IV+) tiene ambiente que se mantiene hasta el final por lo aéreo del tramo muy bien equipado.




El cuarto largo es una corta y afilada arista que nos lleva directamente a la base de la chimenea.





La chimenea tiene un paso de V+ en su inicio que permite acerar con cintajos y el resto de ésta también está bien equipado facilitando la progresión.




Tramos fáciles y tendidos con algún resalte de III, nos permiten progresar en ensamble y ya con botas bajo la mirada atenta de un quebranta. No obstante en alguno de esos resaltes de adherencia echo de menos los gatos, pero solo por el estado de mis botas, cuya suela parece la rueda de un fórmula uno al terminar la carrera.




Después de casi cuatro horas, incluida la aproximación, damos por concluida la escalada. Picoteamos un poco mientras recogemos los cacharros y sin titubeos decidimos subir hasta la punta sin contemplaciones y a la brava.




Tras superar una canal entretenida y sin dificultades llegamos al altiplano cimero donde unas algo marchitas flores de nieve nos dan la bienvenida.




Con un cielo un tanto incierto, que al final nos respetó, llegamos a la punta donde nos recreamos con las vistas y el entorno.




En la bajada disfrutamos de los sarrios, de las impresionantes grietas típicas del paisaje kárstico, y del avance divertido y rápido en el descenso por las pedregueras. 



La bajada cómoda hacia Lizara nos permitió observar el tramo de escalada que habíamos realizado. Solo faltaba echar un trago merecido en el refugio de Lizara antes de volver a casa. El día estuvo superior, la actividad muy buena, la sudada también, además de las ganas que tenía de retomar la actividad después del mes de agosto. Todo ello unido a una buena compañía con la que no faltaron las risas, completaron una jornada inmejorable.