jueves, 19 de marzo de 2015

Esquí de travesía en Ansó. Alano, Ruzquía y Tresveral.

El jueves pasado Pablo, José Antonio, Jaime, Alberto y yo quedamos para ir a esquiar. La idea era subir a Alano y bajar por el circo de Tresveral y si por el medio caía algo, pues mejor. Como siempre que hemos ido allí, vamos con la idea de la pateada por el bosque y después por el camino hasta el puente del Aforo de Zuriza. Así, llevamos dos coches, uno para dejarlo en el aforo y con el otro acercarnos hasta la pista de Tachera que es hasta donde se puede llegar. A partir de allí,...¡a foquear!.




Por la pista de Tachera hay continuidad de nieve desde Zuriza. Sigue habiendo bastante nieve por todo el camino hacia el Achar de Alano. También vemos mucha nieve por todo el barranco de Petraficha desde la Faja Catalán hasta Quimboa. Pero la sorpresa la observamos en el tramo estrecho de acceso al Achar de Alano, la nieve escasea y la encontramos dura, hasta el punto de tener que descalzar los esquís y poner los crampones para poder subir.




Pablo se había adelantado y cuando los demás llegamos a Alano no lo veíamos por ninguna parte. Descubrimos donde estaba cuando escuchamos raspar sus esquís bajando desde la punta del Achar.
Era algo temprano y decidimos ir hacia Ruzquía en suave paseo y hacer tiempo para que el sol entrara al collado de Tresveral y suavizara la nieve.




En este recorrido encontramos un buen sitio a resguardo del poco aire reinante donde parar a echar un bocado, ...y unas risas. Alberto descubrió que llevaba unas incómodas rozaduras en los pies y desistió de subir hacia Ruzquía.




Mientras el resto nos poníamos en marcha hacia la punta, Alberto decidió acercarse hacia el collado para esperarnos y no apurar sus pies. La nieve estaba en su punto, el día acompañaba y las vistas que teníamos desde Ruzquía hacían disfrutar del día.




Casi costaba ponerse en marcha, pero al final decidimos bajar hacia el collado de Tresveral y reunirnos con Alberto. Entretanto José Antonio bajó un tramo y se dispuso a grabar un pequeño vídeo en el que los protagonistas somos Jaime y yo.



Al llegar al collado y juntarnos con Alberto vimos que, aunque a buena parte del circo de Tresveral le entraba el sol, justo en la salida del collado, que precisamente es la parte más empinada, todavía le daba la sombra. Pablo y yo decidimos subir a la punta de Tresveral para hacer un poco de tiempo y aprovechar que la buena nieve que había por la zona.




La foto de cima y la bajada la hicimos con vistas a Ansó y disfrutando de la esquiada.


Cuando nos juntamos con el resto, aún no había entrado el sol a la parte más alta más empinada y más estrecha del circo de Tresveral, pero aún así decidimos iniciar el descenso. Los primeros giros hubo que hacerlos con mucho cuidado y sin posibilidad de fallo. La nieve estaba dura y la pendiente es considerable. En que llegamos a la zona donde daba el sol la cosa cambió y la esquiada del circo de Tresveral siempre es agradable.




En el bosque aún quedaba bastante nieve, lo que hizo que alcanzar el camino que sube desde Zabalcoch hasta Zuriza no fuese tarea fácil. La nieve estaba podrida y tan pronto caminabas tranquilo como te veías hundido hasta la tripa. Cuando enlazamos con el camino la cosa cambió. No era para echar cohetes, pero la situación nos permitió calzar los esquís, con lo que el avance resultó algo más cómodo. Un trago de agua refrescante antes de la Cleta de Zuriza nos ayudó a pasar los últimos tramos. Al llegar a Zuriza había bastante humo provocado por las quemas en el lado francés, habituales por estas fechas. José Antonio que nos seguía los talones nos dijo que Jaime y Alberto habían optado por cruzar el río, ahorrándose buena parte de la "calzonzillada".



Vuelta redonda entretenida y con una esquiada muy buena en el circo de Tresveral. Quizá sea mejor hacerlo a finales de mes o principio de abril para que el sol entre antes a la parte más alta y evitar la nieve tan dura. Cuando bajamos con el coche por la carretera vimos que entonces le daba el sol a la entrada al circo y ya eran casi las cinco de la tarde, con lo que en el resto del circo suponemos que la nieve estaría bastante podrida.