martes, 6 de marzo de 2018

V Jornadas divulgativas sobre nivología. Ansó 2018

El pasado fin de semana celebramos en Ansó, por quinto año consecutivo, las jornadas de nivología, habituales ya en cada mes de marzo.


Como siempre, empezamos el viernes por la tarde con una charla sobre nieve. Este año fue un poco más larga de lo habitual ante las novedades en protocolos y recursos disponibles como la cartografía ATES. Como siempre utilizamos fotos y vídeos para hacerlo más llevadero.



Para la mañana del sábado dejamos la parte práctica, que como es también habitual, la realizamos en el Circuito de Raquetas de Las Eras.




Yo creo que ninguno teníamos claro el tiempo que iba a hacer y si realmente nos iba a dejar realizar todo lo previsto. Pero tras un café matutino en el Bar Zuriza nos pusimos en marcha hacia la cabecera del valle.




Estaba nublado y, pese a las abundantes lluvias de los dos días previos, el circuito estaba en buenas condiciones. La lluvia había dejado su rastro en algunos sitios pero no hizo falta descalzar las raquetas en ningún momento, lo cual merece la pena resaltar.




La subida la íbamos realizando cómodamente y bastante agrupados. El tiempo aguantaba y dejaba seguir con el ascenso y ser optimistas con la marcha de la jornada práctica, aunque yo creo que ninguno teníamos claro que aguantara.




La nieve estaba húmeda, pero la huella estable por el abundante uso del circuito durante la temporada, permitía raquetear como si hubiera pasado una máquina por el circuito.




El nublado y un viento poco agradable no permitió disfrutar de las vistas del cerro como otras veces. No perdimos mucho tiempo y aunque siempre hay cosas que observar, decidimos bajar un poco al resguardo del bosque con el fin de echar un bocado antes de realizar las prácticas de DVA y la habitual cata de nieve.




Ya convertido en una tradición, echamos un brindis con un buen vino, y después todo resultó más llevadero.




Como siempre, mientras unos observábamos las capas de nieve y los diferentes tipos de grano del manto, otros, siguiendo las instrucciones de Pablo, realizaban las búsquedas con DVA. Cada año salen mejor y los tiempos de localización van disminuyendo.




La mañana iba avanzando y el tiempo seguía aguantando, la diversión y la curiosidad completaban una jornada que sin pretender ser formativa, daba sus resultados.




Hasta unas rayadas de sol nos despidieron de la zona, y fuimos a celebrar el fin de las jornadas al Refugio de Linza con una buena cerveza. Unas jornadas entretenidas, con novedades y con un buen ambiente se completaron con una muy buena comida en la Borda Nadal donde Ricardo y Margot nos trataron estupendamente.











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